Coloca la clara de huevo en un bol limpio y bate durante unos segundos. No es necesario que forme picos firmes; solo necesita estar ligeramente espumosa para que la mezcla final tenga más aire y una textura más ligera.
Añade la miel pura y mezcla bien, removiendo constantemente. Es importante mezclar bien para que la miel se adhiera bien a la clara y no queden hebras ni zonas más gruesas.
En otro tazón pequeño, disuelva la maicena en una cucharadita de agua fría. Este paso es clave para evitar que se formen grumos, que podrían afectar la textura final de la crema. Mezcle hasta obtener una pasta suave.
Añade la mezcla de maicena al bol principal. Remueve con paciencia hasta obtener una consistencia uniforme, sin restos visibles de almidón.
Prepara un baño maría calentando agua en una olla y colocando encima el recipiente con la mezcla, cuidando que el recipiente no toque el agua caliente.
Cocine la mezcla a baño maría durante uno o dos minutos, removiendo constantemente. La crema debería espesarse gradualmente, volviéndose más densa y cremosa. No deje que hierva para evitar que la clara se cocine demasiado y forme grumos.
Retirar del fuego una vez que tenga el espesor deseado y dejar enfriar a temperatura ambiente.
Una vez que la mezcla se haya enfriado, colóquela en un frasco de vidrio limpio con tapa hermética. Consérvela en el refrigerador para mantener su frescura y estabilidad hasta por tres días.
Para usarlo, lávese bien la cara y séquela con palmaditas. Aplique una capa fina sobre la piel y déjela actuar de 15 a 20 minutos. Enjuáguese con agua tibia y, si lo desea, aplique después una crema hidratante suave.
Consejos y recomendaciones:
Esta crema no debe aplicarse en zonas irritadas, heridas o piel muy sensible.
Si tienes alergia a la miel o al huevo no se recomienda utilizar esta preparación.
Para mayor seguridad, realice una pequeña prueba en el antebrazo antes del primer uso.
No aplicar cerca del contorno de los ojos para evitar irritaciones.
Si produce picazón o ardor, enjuague inmediatamente y suspenda su uso.
Mantener siempre refrigerado para evitar que la clara se degrade con el tiempo.
Esta crema casera ofrece una textura firme y suave, dejando la piel más hidratada y con un aspecto más uniforme después de un uso constante.