Es solo rutina
Algunas personas son criaturas de hábitos: simplemente duermen siempre de un lado. Si notas que se gira de la misma manera todas las noches, probablemente no tenga nada que ver contigo ni con lo que acaba de pasar. Es solo memoria muscular, no un mensaje.
O tal vez, la distancia crece
Seamos honestos: si este gesto viene acompañado de un comportamiento más frío, silencio o un retraimiento emocional constante, podría indicar algo más profundo.
No significa el fin, pero podría indicar la necesidad de una conversación honesta. Las relaciones se nutren de la conexión, y cuando esta se debilita, es hora de hablar, no de acusar.
Tal vez sea hora de hablar
¿La solución? Comunicación: amable, sin confrontación.
Intenta algo sencillo como: “¿Prefieres un poco de espacio o puedo acercarme?”.
A menudo, las conversaciones más pequeñas abren las puertas más grandes. No se trata de forzar la cercanía, sino de comprender lo que la otra persona realmente necesita.