Remojar los pies en agua caliente con clavo: un hábito antiguo que muchos están redescubriendo

  1. Calienta agua (que esté caliente, pero no hirviendo)

  2. Añade unos cuantos clavos de olor

  3. Deja reposar unos minutos

  4. Remoja los pies durante 10–15 minutos

  5. Sécalos bien después

Este ritual se suele hacer por la noche, como parte de una rutina de descanso.

⚠️ Advertencias importantes

  • No usar si tienes heridas abiertas o piel muy sensible

  • Evitar si eres alérgico al clavo

  • No reemplaza tratamientos médicos

  • Ante cualquier molestia, suspender

💡 La verdadera razón por la que se ha vuelto popular

Más allá del clavo, este hábito funciona porque obliga a detenerse, descansar y cuidar el cuerpo.
A veces, el mayor beneficio no está en el ingrediente, sino en el momento de pausa que nos regalamos.

📌 Consejo final
Si te gusta probar remedios tradicionales, hazlo siempre con sentido común y como complemento, no como sustituto de la medicina profesional.

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