Fui al cuarto del novio sólo porque había olvidado mi pulsera. Pero en el momento en que abrí la puerta, lo escuché llamarme “cerda gorda” y presumir que sólo necesitaba unos meses después de la boda para quedarse con el dinero de mi familia. Me quedé paralizada… luego presioné grabar. Y cuando finalmente estuve en el escenario de la boda, con el micrófono en la mano, no dije mis votos… lo expuse todo.

El silencio que siguió fue tan absoluto que sintió que incluso las flores dejaron de respirar. La voz de Ethan —esa voz que horas antes había sonado tan cruel dentro del cuarto del novio— retumbó por los altavoces del salón:

—“…casarme con esa cerda es sólo un paso…”
—“…está cargada de dinero, su familia lo soltará todo…”
—“…aguantaré unos meses y luego me largo contigo…”

Los invitados se quedaron petrificados. Una mujer dejó caer su copa. Mi tía se cubrió la boca. Mi padre presionó los puños hasta ponerse rojo. Y Ethan… Ethan se quedó blanco, como si su alma hubiera salido corriendo antes que él.

— Claire, basta —gruñó, intentando agarrarme del brazo.

Me aparte.

—No —respondí—.  Ya no tienes derecho a actuar .

Él buscó excusas, palabras rápidas y torpes, como quien intenta tapar una presa rota con las manos.

—Era una broma… tú sabes… así hablan los hombres…

—¿Una broma? —repetí, mi voz vibrando de rabia contenida—. ¿Llamarme cerda? ¿Decir que te casas por dinero? ¿Planear abandonarme?

La sala entera empezó a murmurar, algunos con indignación, otros con incredulidad. Sus propios padres no podían mirarlo a los ojos. Mi mejor amiga,  Lily , subió al altar y me tomó la mano con fuerza.

⬇️Para obtener más información, continúa en la página siguiente⬇️

Leave a Comment