Claire asintió, abrazando a su hija, intentando contener el llanto. Sabía que hoy su vida había cambiado para siempre. La boda, que debería haber sido una celebración del amor, se había convertido en una pesadilla, donde la verdad y la mentira se cruzaron.
La policía escoltó a Michael hasta una patrulla. Su mirada reflejaba ira y confusión. «Esto no ha terminado», gruñó, «¡todos pagarán por esto!». Pero nadie le hizo caso. Para todos, ya no era «Daniel Ross», sino un hombre con una auténtica y oscura esencia, que acababan de descubrir.
Mientras tanto, Lily no podía apartar la vista del coche donde se llevaban al estafador. “Mamá”, dijo, “¿crees que volverá?”
Claire suspiró profundamente. “No lo sé, Lily. Pero lo importante es que estamos a salvo. Y ahora sabemos quién es realmente.”
Pasaron varios días. Los periódicos ya informaban sobre la dramática boda, que se había convertido en un fenómeno local. Fotos de Lily, de pie con un diminuto vestido amarillo y agarrando una libreta, inundaban internet. La gente admiraba la valentía de la niña al detener a un peligroso criminal.
Claire intentó volver a la normalidad, pero los pensamientos sobre Michael no la abandonaron. Se dio cuenta de que podría haber confiado en él y casi lo perdió todo: no solo el amor y el dinero, sino también la paz de su familia. Cada vez que cerraba los ojos, veía el tatuaje en su brazo y la mirada fría y astuta oculta tras una máscara de encanto.
Lily, aunque valiente, empezó a notar que la gente a su alrededor la miraba de otra manera. Algunos se asombraban de su valentía, mientras que otros, en secreto, temían a la niña que había desenmascarado un fraude. La niña sentía orgullo y el peso de la responsabilidad por lo sucedido.
Pasaron algunas semanas más. Claire decidió contratar a un investigador privado para asegurarse de que Michael no fuera liberado prematuramente y buscara venganza. El detective, un hombre mayor llamado Sergei Ivanov, se dedicó de inmediato a la investigación. Pronto descubrió que Michael Dean no era solo un estafador, sino un hombre con un largo historial delictivo que se remontaba a décadas. Se ocultaba bajo diversas identidades, defraudaba a ricos y poderosos, y al parecer tenía un don para ocultar cuidadosamente su identidad.